Si el Quijote es como se ha dicho, una representación de la vida real ¿como es la vida según Cervantes? Help meeeee

Respuesta :

La representación de la vida real, según lo narra Cervantes en su obra del Quijote, gira en torno a tres ejes primordiales (lucha, inmortalidad y amor) que permiten leer y adaptar esta novela a todas las épocas históricas por las que ha pasado la humanidad, desde la escritura de este texto hasta los actuales momentos.  

A. En primer lugar encontramos la expresión de una lucha entre lo que el mundo es, según lo que la ciencia nos muestra, y lo que queremos que sea, según la fe de nuestra religión. Este deseo de lucha lo refleja Cervantes cuando el Quijote representa al luchador que trata de penetrar en las entrañas de los hombres, en la conciencia del pueblo español, cuyas creencias se postran y adormecen en sima de tinieblas. El siguiente párrafo es una muestra de ello.  

“cuando, al acercarse don Quijote a la sima, y dado que no le era posible descolgarse, hubo de poner «mano a la espada», y «comenzó a derribar y cortar de aquellas malezas que a la boca de la cueva estaban, por cuyo ruido y estruendo salieron por ella una infinidad de grandísimos cuervos y grajos, tan espesos y con tanta priesa, que dieron con don Quijote en el suelo [...]». «Bien podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible»

Hay que mencionar también la época histórica que atravesaba España en aquellos tiempos de Cervantes, al hacerse paladín de la Reforma Católica. Cuestión ésta que aún sigue peleando el hombre a nivel mundial. La fe de unos y de otros, la fe de la negación y la fe en la abstención, y esto por fe en la fe misma; es combatir a todos los que se resignan, sea al catolicismo, sea al racionalismo, sea al agnosticismo.

B. En segundo lugar y también adaptado a las creencias religiosas,  Cervantes trata la inmortalidad de Don Quijote en su obra. Al final de su ciclo vital, es el propio don Quijote quien exclama: «Dadme albricias, buenos señores, de que ya yo no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de Bueno». Es decir la postura de locura añadida a su protagonista a lo largo de la historia culmina en estas líneas. Ya no se trata del desquiciado Don Quijote sino de Alonso, la persona que de manera implícita ejerce este papel.  

C. Sobre el amor en don Quijote hacia Dulcinea. Del ansia de inmortalidad que impulsa a don Quijote en cada aventura brota el amor a Dulcinea, mujer depositaría de la gloria y hazañas de espíritu por las que peregrina don Quijote. Este sentimiento del hombre por unirse a una pareja ha sido perdurable e identificable en el tiempo desde Adán y Eva.